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Theory of Knowledge

La Teoria del Conocimiento en Leonardo Polo:
Consecuencias para la Filosof�a de la Educaci�n

Luz Gonz�lez Umeres
Universidad de Piura
[email protected]

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ABSTRACT: This paper shows new perspectives derived from the theory of knowledge propounded by Leonardo Polo, a contemporary Spanish philosopher who rediscovered the Aristotelian notion of knowledge as energeia. It is impossible to understand this notion without giving up the "limite mental" — a Polian discovery — with which modern philosophy has conditioned us. Abandoning the limite mental opens new horizons, making it possible for us to revise some of the theses of contemporary philosophy of education, such as the idea of the "voluntarisma cognoscitivo" which confuses the operations of two human faculties, intelligence and will.

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Leonardo Polo ha conclu�do en 1996 la publicaci�n de los cinco vol�menes de su "Curso de Teor�a del Conocimiento" edici�n que inici� el a�o 1984 y que alcanza m�s de 2,000 p�ginas. (1) All� recoge el esquema de sus lecciones sobre Teor�a del Conocimiento dictadas en la Universidad de Navarra. Ese esquema inicial ha sido ampliado con desarrollos monogr�ficos, dada la riqueza de las cuestiones tratadas.

Ya en el Pr�logo del primer vol�men se�ala: "el esquema aludido ha alcanzado un perfil suficiente y puede proponerse como un n�cleo capaz de resistir la invasi�n del campo del conocimiento por instancias diferentes. De un lado, la filosof�a de la ciencia, la l�gica y el an�lisis del lenguaje, de otro el psicologismo voluntarista y el pragmatismo, han inhibido el estudio del conocimiento" (2)

Descrito as� el estado actual de los saberes que trabajan las operaciones intelectuales, Polo indica: "sin cuestionar ahora la legitimidad de esas disciplinas u orientaciones, he de se�alar que la inhibici�n de la teor�a del conocimiento es un pernicioso equ�voco que conduce a la filosof�a a un callej�n sin salida, a la par�lisis esc�ptica". (3)

Se debe se�alar que la Teor�a del Conocimiento propuesta por Polo se vincula con sus propias indagaciones metaf�sicas. En su libro "Acceso al Ser" (4) ya se hab�a referido a un m�todo para afrontar el estudio de la metaf�sica hoy, el cual implica una tesis principal: abandonar el l�mite mental. (5) Esta expresi�n es exclusivamente poliana y tiene que ver con su redescubrimiento de la noci�n del acto de conocer como en�rgeia.

Polo sostiene, en consecuencia, que "el abandono del l�mite mental es la continuaci�n obvia del conocimiento en el punto en que Arist�teles lo dej�. Esto es lo que he intentado aclarar en los �ltimos a�os". (6) Es relevante el significado de su �ltima frase. Polo est� refiri�ndose a las d�cadas de los ochenta y los noventa. En ellas el fil�sofo convive con lo que se piensa y escribe en Europa y Am�rica. En su labor docente en ambos continentes, consigue aclarar ante auditorios eruditos -con suficiente nitidez- aquello que ve; tambi�n ante j�venes fil�sofos. Esa profundidad de visi�n le ha valido, entre otras cosas, abrirse paso en los ambientes acad�micos y obtener numerosos disc�pulos. Algunos le consideran un fil�sofo moderno que logra entroncar con los cl�sicos. (7)

A continuacion explicar� sinteticamente qu� es abandonar el l�mite mental (I). Despu�s presentar� un esquema de la axiomatizaci�n poliana de la Teor�a del Conocimiento (II) y me detendr� s�lo en el Axioma A (III), mostrando c�mo el pensamiento moderno, en su versi�n cartesiana, lo conculca dando origen al voluntarismo cognoscitivo. As� se empieza a confundir las operaciones de dos facultades distintas: la inteligencia y la voluntad (IV). Finalmente extraer� algunas consecuencias generales para la orientaci�n de la Filosof�a de la Educaci�n hoy (VI).

I. El abandono del limite mental

En el Congreso Internacional sobre el Pensamiento de Leonardo Polo se present� un trabajo sobre la trayectoria intelectual del fil�sofo. (8) Refiere c�mo en 1950, con 23 a�os de edad, Polo cae en la cuenta del l�mite mental: �so se me ocurri� de repente... Estaba pensando acerca del pensar y el ser, y c�mo ten�a que ver el ser con el pensar; entonces me di cuenta de que al ser no podr�amos llegar mientras no se abandonara la suposici�n del objeto, porque la suposici�n hace que el objeto sea limitado y un conocimiento limitado no puede ser un conocimiento del ser si �ste se toma en sentido trascendental." (9)

Comenta Franquet: "caer en cuenta de que el l�mite mental es el objeto y que hay que detectarlo en condiciones tales que quepa abandonarlo, eso es una novedad pura, sin antecedentes hist�ricos". (10) En cualquier caso, resulta claro que estamos ante una cuesti�n metaf�sica de fondo conectada con la teor�a del conocimiento: en estas honduras ha penetrado el talentoso joven. Habr�n de pasar largos a�os para que pueda exponer con suficiente claridad -y ser comprendido- aquello que ha entrevisto en una intuici�n genial. (11)

Ricardo Yepes considera que el abandono del l�mite mental ser� el motor de todo el pensamiento de Polo, y en un esfuerzo de s�ntesis intenta explicar al maestro: "hay m�s realidad en el yo pensante que en sus pensamientos... esto quiere decir que cabe trascender el objeto y pensar m�s all� de el". (12)

En sus primeros libros -"Evidencia y Realidad en Descartes"(1963), "El acceso al Ser" (1964) y "El ser" (1965) - Polo justifica de modo radical el m�todo del abandono del l�mite. Sin embargo han sido libros dif�ciles de entender, incluso entre especialistas. Por ello el profesor Polo decidi� esperar y ense�� durante a�os su Teor�a del Conocimiento. Como ya he expuesto, abandonar el l�mite mental lo considera Polo "la continuaci�n obvia del conocimiento en el punto en que Arist�teles lo dej�" (13) Esta continuaci�n significa desarrollar muy ampliamente una intuici�n aristot�lica formulada en un c�lebre texto de la Metaf�sica: "uno ve, y al mismo tiempo ha visto; piensa, y ha pensado.. A esto llamo acto" (14) Por eso abandonar el l�mite mental tiene que ver con el redescubrimiento del conocer como en�rgeia, uno de los sentidos -el m�s propio- que Arist�teles da al acto.

II. Axiomatization Poliana de la teoria el conocimiento

Polo elabora una Teor�a del Conocimiento basada en axiomas. Inicia sus lecciones con esta definici�n: "la Teor�a del Conocimiento humano es el estudio del conocimiento tal como podemos verificarlo en nosotros mismos" y a�ade: "podemos notar su valor operativo." (15)

La Teor�a del Conocimiento versar�, pues, sobre las operaciones del conocer, pero excluyendo cuidadosamente al sujeto porque " la inclusi�n del sujeto cognoscente en la teor�a del conocimiento humano es perturbadora". (16)

Seguidamente intenta trasladar el elenco b�sico de cuestiones gnoseol�gicas a axiomas y propone cuatro axiomas centrales:

A. axioma de la operaci�n

B. axioma de la distinci�n

C. axioma de la unificaci�n

D. axioma de la culminaci�n (17)

Esta axiom�tica primera y unitaria se complementa con los llamados axiomas laterales: E, F. G. (18)

Polo encuentra una serie de ventajas al axiomatizar la Teor�a del Conocimiento. Entre otras poder alcanzar el ideal del rigor cient�fico y mostrar el conocimiento en la forma m�s digna, como necesidad estricta. (19)

Hace notar, adem�s, la diferencia del axioma y el postulado: �ste es una proposici�n que admite contrario, en cambio "un axioma no admite contrario; el contrario es taxativamente falso". (20) Esto significa que un axioma debe mostrar que no puede ser de otra manera. (21)

III. El Axioma A

El primer axioma central, el Axioma A o el axioma de la operaci�n, se formula as�: "el conocimiento es siempre activo". (22) La proposici�n contraria dice: el conocimiento es pasivo. Polo sentencia de modo tajante: "esta tesis es falsa". (23) Y a�ade: "S�lo se conoce en tanto que se ejerce una actividad. El conocimiento es acto. (24) Reitera: el Axioma A lo que se�ala es que se conoce operativamente y que sin acto de conocer no se da conocer alguno. (25)

Los axiomas laterales -E, F, G- tienen la funci�n de ayudar a que la evidencia del Axioma A se abra paso. El axioma E dice: no hay objeto sin operaci�n y el F: el objeto es intencional. (26) En sucesivas lecciones Polo expone -una a una- las objeciones del pensamiento contempor�neo al axioma central A, principalmente a trav�s de los axiomas laterales E y F. (27) Posteriormente -para mostrar la evidencia del Axioma A- va presentando una serie de ejemplos hist�ricos en los cuales se ha conculcado este Axioma .

La clave de las posturas que sostienen la pasividad cognoscitiva es el haberse revestido con la f�rmula del conocer como intuir. Confundir el conocimiento con la intuici�n es el modo hist�rico m�s frecuente de no reconocimiento del Axioma A. (28) No tenemos otra intuici�n que la sensible y la confusi�n reside en considerar que conocemos siendo simples espectadores: no realizamos una actividad al contemplar, sino que simplemente somos afectados. Desde esta perspectiva activo ser�a lo que se contempla, es decir, el objeto. (29) Sin embargo, la �nica pasividad -aclara Polo- est� en la facultad,"pero en la operaci�n no hay nada pasivo". (30)

IV. El Axioma A y el pensamiento moderno

La actividad del acto de conocer se pierde en el intento moderno. Polo se pregunta "�de d�nde surge lo que se suele llamar el primado de la intuici�n es decir, la tesis seg�n la cual la forma m�s alta del conocimiento es aquella en la que toda iniciativa corresponde a lo conocido y el cognoscente se limita a asistir?". (31)

Las interpretaciones est�ticas del conocimiento tienen, ante todo, una explicaci�n psicol�gica pues "nuestras experiencias cognoscitivas m�s admirables son aquellas en las que estamos absortos. Eso explica que se pueda olvidar el Axioma A y conculcarlo justamente as�: en la forma de un olvido". (32)

La confusi�n del deseo -que es una tendencia y no un acto- con el conocimiento, es algo que Arist�teles detecta claramente en Plat�n, es la distinci�n entre orexis y en�rgeia: �sa es una de las grandes aportaciones de Arist�teles y una de sus grandes rectificaciones a Plat�n. (33)

La versi�n moderna de esta confusi�n -voluntad e intelecto- suele presentarse ya desde Descartes: la filosof�a del siglo XIV no es exactamente una decadencia, sostiene Polo, sino el intento de rechazar a Arist�teles: "dicho intento se centra en la tesis de que la voluntad es el n�cleo de nuestro esp�ritu". (34) El pensamiento moderno, en definitiva, hereda la postura voluntarista. (35) En este ambiente cultural nace y se forma Descartes. Polo sostiene: "La duda es un acto voluntario que incide en la conexi�n cogito-cogitatum rompi�ndola". (36) El voluntarismo es el subjetivismo: el sujeto tiene una funci�n constitucional, pues "sin la aportaci�n del sujeto el acto voluntario es imposible". (37)

"La conculcaci�n del Axioma A por Descartes se cifra en su convicci�n de que lo activo del esp�ritu es la voluntad. La voluntad es lo mismo que el pensamiento con esta importante reserva: lo activo es la voluntad, lo pasivo es el pensamiento." (38) Estamos fuera del Axioma A.

Se puede deducir, tambi�n, que el planteamiento de Descartes tiene este significado se�alado por Polo:"supuesto que los actos de la voluntad sean tan fuertes que sometan enteramente al conocimiento, que es pasivo, y s�lo funciona en tanto que deja que en �l transparezcan los actos de la voluntad, son v�lidas las expresiones: volo ergo sum y volo ergo cogito". (39)

En definitiva, a partir de Descartes se formula el conocimiento como proyecto o tarea que a m� me toca conducir: "la voluntad est� enteramente en sus propias manos y el pensamiento queda por entero a su disposici�n". (40)

Queda ilustrado as� c�mo la tesis seg�n la cual lo activo es la voluntad y lo pasivo el conocimiento anula el axioma A. El axioma A excluye taxativamente que el conocimiento sea pasivo y prohibe atribuir a la voluntad un poder sobre el conocimiento: as� lo aniquila. Por eso, sostiene Polo: "si la voluntad quiere hacer las veces del conocimiento, reduce o hace incurrir al conocimiento en empirismo. Y esto significa que lo obnubila". (41)

Es por ello que el sujeto no debe aparecer en teor�a del conocimiento "porque no es un objeto ni tampoco un acto operativo... Exigir la comparescencia del sujeto lleva a plantear el problema de qu� tiene que ver el sujeto con el conocer, en cuyo caso, o atribuimos al sujeto el car�cter constituyente o nos vemos obligados a verificarlo. (42)

Hacer del sujeto un hecho emp�rico es un error. El sujeto la persona humana, no es un hecho sin m�s. (43) Conceder al sujeto funciones constituyentes equivale a conculcar el Axioma A, es decir, a negar que el conocimiento es un acto, una operaci�n inmanente.

No me es posible referirme aqu� al modo como se conculca el Axioma A en el constructivismo kantiano, presente actualmente en las teor�as educativas en boga. (44) Solamente se se�ala, desde la perspectiva del conocer como en�rgeia , que "la operaci�n cognoscitiva es tan poderosa, tan propiamente un acto, que no necesita constituci�n, es incompatible con la noci�n de elemento. Los actos constitutivos no se constituyen". (45)

El sujeto, en cambio, sale a relucir cuando se trata de actos voluntarios. Los actos voluntarios s� necesitan ser constitu�dos. La voluntad, por activa que sea, es m�s d�bil que el conocimiento, de manera que en la contribuci�n constitutiva del sujeto no hay un acto el�cito. El acto de conocer no es una decisi�n. El riesgo de confundirlos es propio de nuestra situaci�n cultural. (46)

V. Consecuencias para la filosofia de la educacion

Las consecuencias que se derivan para la Filosof�a de la Educaci�n de la confusi�n de en�rgeia y �rexis en su versi�n moderna, el voluntarismo cognoscitivo, mostrada por la Teor�a del Conocimiento poliana son importantes. Llevan, en primera instancia, a abordar la propuesta de la constituci�n del conocer por el sujeto, esto es el subjetivismo. (47)

A este presupuesto moderno "lo llama Polo simetr�a del fundamento: mientras los cl�sicos basaron la verdad del conocimiento en la verdad de las cosas, los modernos la ponen en la subjetividad". (48)

Pero hay otro presupuesto de la modernidad que se refiere a la voluntad, "es el modo de entender el dinamismo humano: el hombre se regir�a por el principio del resultado. Lo primero ser�a la acci�n, la fuerza, no la dotaci�n previa que uno tiene, la naturaleza, como pensaron los cl�sicos. Lo �nico accesible al hombre es lo que su dinamismo puede alcanzar. Y si el dinamismo fracasa, entonces el hombre es pura miseria". (49)

Frente a esta situaci�n es obvio que se precisa una nueva inspiraci�n que ensanche la idea moderna acerca del hombre. (50) "La propuesta de Polo es buscarla contemplando la herencia del pensamiento cl�sico, griego y medieval, a la luz de la modernidad, es decir ir m�s all� de los cl�sicos desde nuestra situaci�n". (51)

As�, este discurso sobre la Teor�a del Conocimiento y sus consecuencias para la Filosof�a de la Educaci�n de nuestro tiempo, formulado en el marco del XX Congreso Mundial de Filosof�a, nos ha llevado al umbral de la Antropolog�a Filos�fica, plante�ndonos la necesidad de despejar en nuestro tiempo la milenaria pregunta: �qui�n es el hombre? Con esta interrogante lo concluyo.

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NOTES

(1) Polo, L. "Curso de Teor�a del Conocimiento" Tomo IV, 2a. parte, Editorial EUNSA, Pamplona, 1996

(2) Polo, L. "Curso de Teor�a del Conocimiento, Tomo I, Editorial EUNSA, Pamplona, 1984, p.XI

(3) Polo, L. CTC I, p. XI. El subrayado es m�o

(4) Polo, L."El acceso al ser". Universidad de Navarra, Pamplona, 1964

(5) El l�mite mental tiene que ver con el fijismo que se deriva de una relaci�n puramente objetual con la cosa. Polo llama tambi�n "presencia mental" a este modo de considerarla. El abandono del l�mite mental abre cuatro grandes temas, en tanto que es met�dicamente cu�druple. Dice: "Esos asuntos que se hacen accesibles o a los que se accede en la medida en que se abandona el l�mite mental son: de una parte, lo que suelo llamar el ser extramental, el ser de que se ocupa la metaf�sica y la esencia extramental. De otro, otros dos campos tem�ticos: la coexistencia humana y la esencia del hombre" En: Leonardo Polo, "Presente y Futuro del Hombre", Rialp, Madrid, 1993, p. 162

(6) Cfr. Polo, L. CTC,I p. XII

(7) Yepes Stork,R.,"Leonardo Polo: claves de un pensador original", Aceprensa n. 44 Madrid, diciembre 1996 Internet:(WWW):http://ourworld.compuserve.com/homepages/aceprensa. En esta rese�a para la prensa el autor refiere c�mo hoy se cuentan por docenas sus disc�pulos, tal como se ha mostrado en el reciente Congreso Internacional sobre el Pensamiento de Leonardo Polo, Pamplona, 25-27 noviembre 1996, cuyas Actas est�n publicadas en "Anuario Filos�fico", n. 55, Universidad de Navarra, Pamplona 1996, 800 p�ginas

(8) Franquet. M.J., "Trayectoria intelectual de Leonardo Polo, Anuario Filos�fico", n.55, p.303 y ss.

(9) Polo L. Anuario Filos�fico ,n. 55, Universidad de Navarra p.305. El subrayado es m�o

(10) Franquet, M.J. Trayectoria... p. 306

(11) Yepes, R. "Leonardo Polo: Claves de un pensador.....p.2

(12) Yepes, T. "Leonardo Polo: Claves....p. 2.

(13) Cfr. Polo, L. Introducci�n al Tomo I CTC.

(14) Arist�teles, Metaf�sica 1048 b

(15) Polo, L. CTC I, p.1

(16) Polo L, CTC I. p. 4 . Hace notar que el estudio del sujeto cognoscente corresponde a otra disciplina filos�fica, la antropolog�a filos�fica. Desarrollo esta cuesti�n m�s adelante.

(17) Cfr. Polo, L. CTC I, p.9

(18) Polo L. CTC I, p. 9.

(19) Polo, L. CTC I, p. 9.

(20) Polo L. CTC I, p. 21

(21) Polo L. CTC I, p. 22

(22) Polo L, CTC I p. 30

(23) Polo L, CTC I p. 29

(24) Polo L, CTC I . p. 29. El subrayado es m�o.

(25) Polo L, CTC I p. 30

(26) Polo L, CTC I p. 30. Sobre el axioma G. tratar� m�s adelante.No lo desarrollar� aqu�. Tampoco los otros axiomas tratados en los sucesivos tomos del CTC

(27) Polo L, CTC I p. 32 y ss.

(28) "El primado de la intuici�n viene de Plat�n. Aparece tambi�n, debido a la disoluci�n de la recepci�n del aristotelismo, en la baja Edad Media, si bien en una versi�n no plat�nica: es el intuicionismo de los pensadores que inician el siglo XIV, Escoto y Ockham", En: Polo L. CTC I, p. 39

(29) Polo analiza la postura plat�nica, una de las primeras formas hist�ricas de conculcar el Axioma A: precisamente fue �sa una de las objeciones de fondo que hizo Arist�teles al idealismo plat�nico.

(30) Polo, L. CTC l, p. 38

(31) Polo, L. CTC l, p. 39

(32) Esta es la l�nea abierta por Plat�n: el conocimiento es eros, deseo, anhelo de conocer. El anhelo de conocer nos lleva hasta la idea en t�rminos plat�nicos, pero subraya Polo " el anhelo de conocer no es el acto de conocer... En Plat�n hay un anhelo de verdad y de contemplaci�n ideal, pero en rigor el conocimiento no es un anhelo sino un acto"... "Anhelar la verdad es una cosa excelente, pero pensar que conocer consiste en anhelar la verdad es falso". Polo, L. CTC l, p.41. El subrayado es m�o.

(33) Polo, L. CTC l, p. 39

(34) Polo, L, CTC l, p. 67

(35) Polo, L. CTC l, p. 68

(36) Polo, L. CTC l, p. 82

(37) Polo, L, CTC l, p.87

(38) Polo, L., CTC l, p.91

(39) Polo, L. CTC l, p. 92

(40) Polo, L., CTC l, p. 92

(41) Polo, L., CTC l, p. 97

(42) Polo, L., CTC l, p. 98

(43) Polo, L., CTC 1, p. 98. El empirismo, que ha abordado el estudio del hombre con m�todos dise�ados para estudiar el mundo f�sico, cometi� errores y reducciones inevitables.

(44) Cfr. Garcia, R. "Teor�a Antropol�gica del Aprendizaje" En : Anuario Filos�fico, Universidad de Navarra, n. 55, 1996, p. 627 y ss.

(45) Este equ�voco del pensamiento moderno trae serias consecuencias en la pr�ctica educativa y afecta el desarrollo realmente humano de ni�os y j�venes. El ideal cl�sico de la paideia, propuesto para este Congreso puede indicar referencias muy importantes para las teor�as actuales de la educacion.

(46) Polo, L, CTC l, p. 98. Esta observaci�n me parece �til para las cuestiones de filosof�a educativa m�s actuales. Al respecto es l�cida la referencia del profesor Altarejos a las contradicciones en el desarrollo de la pedagog�a moderna, la cual muestra al hombre como una din�mica en busca de forma. Cfr. F. Altarejos, "Finalidad y libertad en Educaci�n", En: Anuario Filos�fico, n. 55 Pamplona 1996, p. 332 y ss.

(47) La manera de salir del subjetivismo en la situaci�n actual es detectar el l�mite mental y abandonarlo: �sa es la propuesta poliana de fondo.

(48) R. Yepes, "Leonardo Polo: Claves... p. 1

(49) R. Yepes, "Leonardo Polo: Claves... p. 1

(50) En el trabajo que present� al Congreso Internacional sobre el Pensamiento de Leonardo Polo, titulado: "Ayudar a crecer: notas sobre la educaci�n en el pensamiento de Leonardo Polo" aparecen numerosas cuestiones relacionadas con los fundamentos metaf�sicos de la tarea educativa. Entre otros, una consideraci�n m�s realista del hombre y su necesidad de ayuda para crecer como persona. Entre estas ayudas fundamentales se encuentra la familia y la tarea insustitu�ble de formaci�n de la afectividad en el ni�o. Si falla esta ayuda la afectividad se estropea y no llega a estabilizarse la personalidad. Eso dificultar� notablemente el desarrollo de la inteligencia y de la voluntad. Cfr. Anuario Filos�fico, n. 55, Pamplona, 1996, p. 695 y ss.

(51) R. Yepes, "Leonardo Polo: Claves... p. 1. El asunto del conocer nos ha conducido a la cuesti�n de las facultades humanas. Su estudio, como ya indiqu�, corresponde a la Antropolog�a Filos�fica. El profesor Polo ha publicado aspectos de su trabajo en esta importante disciplina, tales como "Presente y Futuro del Hombre", Rialp, Madrid, 1995, y "Quien es el hombre", Rialp, Madrid, 1992, entre otros. Actualmente est� en preparaci�n su "Antropolog�a Trascendental" la cual editar� en breve. Considero que ser� un aporte muy valioso, tambi�n para la Filosof�a de la Educaci�n contempor�nea.

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